Coordinador.

Coordinador.
"Acomodaba mi horario al de ella, un universo de mi proceder, un nuevo día a la espera de ella, a veces me detenía otra ella, en el pasillo me deslumbraba, su risa me hipnotizaba",

lunes, 22 de octubre de 2012

Cumbre de madera.


Cumbre de Madera

Montaña de leña,
y en su cumbre un cuerpo
balanceando su horizonte,
oscuridad del misterio donde
resuenan las risas,

por los recovecos de esquinas
brilla el metal frió de la noche,
vagan las medusas de colores,
en los muros abre un canto el búho,
el cuerpo en la cumbre de madera
en sus vueltas aprisionan
las astillas como anzuelos,

abajo escarabajos tientan la tierra,
los olores del aserrín esculpen
figuras de sarro  en hierro aromático,
edificando el descenso apuran los
pasos las termitas y, el polvo blanco
que expelen, manchan el gris espacio,
las sirenas traen el ulular de sus
llamados por los huecos erosionados,

ha llovido, el agua carcomió los
filos de los senderos, estrechando
el ancho de los pasos barridos,
y en la distancia del sueño
por el vació valle, en columpios
que se adornan a los alrededores,
se pone sobre la cabeza del bostezo,
la indolente angustia del trayecto,

las llaves de los grifos filtran
adrede el zozobrante martilleo
de los golpes de aguas,
estremeciendo más el contorno,
el cuerpo que se balancea teñido
va descendiendo peldaños,
de cal es ya su color,

la sabana de la noche
su tela ha deslizado,
entreabriendo los ojos
y semi consciente ve  la periferia,
ver o soñar o creerse,
los edificios inconclusos
medianas o en quebrados,
sin puertas y marcos heridos
por los clavos oxidados,

el cuerpo en la montaña de madera
temblando el frió redondo,
quietud enérgica por la mano
que sostiene el hierro,
largas angustiosas horas,
esperando el alba,
ella no llega,
otro camino no hay,
solo la espera que con ansias,
el cuerpo en la cima de madera
la luz del brillo amanecer
le haga descender de su enramado lugar.

Abraham Guevara

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