Andará

Andará

De un huevo
qué el azar reventó,
en la grieta afloró

espamosamente cayendo,
entre el agua sucia deslizó
las angustiosas carnes,
cerrojos blandos en los ojos,
en valla de humo gris,
con los dedos por delante,
experimentando lo desconocido,
por la calle que servía de río,
y encima de sus aceras y doblando
la esquina en la casa de adobe,
en los recónditos espacios se colgó
la mancha melancólica,
y de una certera exhalación
derrumbó el armatoste,
apartó el cuerpo y lanzó
la cabeza al río,
luego emergió con otra piel,
con las manos aprisionó,
y las hondas que derribaron
los ciclos incongruentes,
Asido a sus puños las solidas
correas y, de una lazada
Engarzó un potro negro,
cabalgando en trote embravecido,
el azabache lo iba derribando,
y el montando de nuevo, hasta,
que fue de seda sus pasos por el pasto,
el ritmo de la marcha suave cadencia,
andando por el polvo seco,
por donde el deslizante barro,
y avecinó la siembra de un sol sagaz,
con encendidos amaneceres,
y de tardes asentadas,
en la sabana ancha de la tierra,
poniendo su relieve como huella,

ya jinete, ya lacero.

Abraham Guevara