En la esquina contempló,
con los áridos días,
y al tocar el cabello áspero,
y el polvo café sobre los bellos,
Sentado en la esquina,
soy sospechoso de todo,
y con la ropa que traigo,
levanto sospechas de maldad,
Persigo los cuerpos,
los dejo hasta que se borran,
cuando suben y bajan,
cuando doblan y salen,
Y en la esquina se detiene la patrulla,
alguien los mandó,
las bolsas afuera y el nombre,
quedo en la esquina,
Ella desembocó,
y desde la esquina le toque,
cuando sintió la piel de mi dedo,
replegó su cuerpo,
En la acera de la esquina estoy,
de día con la luz que ciega,
ciego está el andén,
rotos tengo los pantalones,
pero no el alma.
Abraham Guevara
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