Corría tras ella,
cuando más cerca mejor,
me sentaba en la mesa junto
a ella a degustar alimentos,
un suplicio los minutos rápidos,
eran sentencias de separación,
Acomodaba mi horario al de ella,
un universo de mi proceder,
un nuevo día a la espera de ella,
a veces me detenía otra ella,
en el pasillo me deslumbraba,
su risa me hipnotizaba,
ajustaba los papeles,
todos sobres mis brazos,
solicito a las gestiones,
alegría y efervescencias,
minutos largos de dichas,
morena de caderas firmes,
un pecado en la intención,
sobre la advertencia el delito,
no podía evitarla en mí,
sus cejas duermen en mis noches,
blanca tez, morena tez,
dos bocas de sabores,
de leche una,
de chocolate la otra,
ancha el alma por ellas.
José Abraham Guevara Chamorro
cuando más cerca mejor,
me sentaba en la mesa junto
a ella a degustar alimentos,
un suplicio los minutos rápidos,
eran sentencias de separación,
Acomodaba mi horario al de ella,
un universo de mi proceder,
un nuevo día a la espera de ella,
a veces me detenía otra ella,
en el pasillo me deslumbraba,
su risa me hipnotizaba,
ajustaba los papeles,
todos sobres mis brazos,
solicito a las gestiones,
alegría y efervescencias,
minutos largos de dichas,
morena de caderas firmes,
un pecado en la intención,
sobre la advertencia el delito,
no podía evitarla en mí,
sus cejas duermen en mis noches,
blanca tez, morena tez,
dos bocas de sabores,
de leche una,
de chocolate la otra,
ancha el alma por ellas.
José Abraham Guevara Chamorro
Un poema, uno que habla de dos amores, de dos pieles diferentes, pero ambas bellas para mi,
ResponderEliminarinolvidables chicas, quedaron entronizadas en mi.